Tengo una meta para este año. Es simple, sencilla y a la vez compleja. No quiero quedarme con ganas de hacer nada. Quiero vivir de impulsos, poder decir "no" o "sí"... pensar "¡a la mierda!" cuando algo me preocupe, aunque tenga ganas de hacerlo, y hacerlo. Sin remordimientos.
Sacar la lengua, y reírme hasta perder la voz. Derrumbar muros con mis palabras. Levantarme de la cama siempre con ganas de sonreír. Hacer que la gente se pregunte ¿porque?, ¡¿porque?!. Tragar nieve, abrazarte con mis piernas. Quiero que nada tenga sentido. Absolutamente nada. Enmarañarte en mi mente, ¡que tiemble el suelo!. Tener una vida jodidamente especial.
Y quiero, que al mirar atrás, diga: ¡Y lo que me queda!, con una sonrisa, y sin haberme arrepentido de nada.
En resumen..., ¿es una buena meta, no?. Deberías hacer lo mismo.
La gente que desperdicia su vida, apesta.